domingo, 11 de octubre de 2009

Cuando lo digno sabe a mediocre...


Porque se hablaba mucho de terminar dignamente la indigna campaña en las eliminatoria, porque queríamos salvar el honor de nuestra patria -repetidas veces manchada en partidos de local y visitante- porque queríamos hacerle una digna despedida a un grande que se nos fue, aquel símbolo patrio que con cada canción interpretada intensificaba el sentimiento del peruano por su patria, hoy nos permitimos crear un sueño, queríamos dejar sin mundial a Maradona y compañía, pero las distancias y diferencias entre Perú y Argentina creadas antes que por la realidad, por nuestros sentimientos de inferioridad, no lo permitieron.

Nadie duda de las diferencias entre estos dos países en lo futbolistico, pero con la Argentina de estos 90 minutos, la dignidad se salvaba no perdiendo, porque ¡ENTERATE PERUANO! merecimos empatar y pudimos ganar.

El primer tiempo fue un regalo de "Chemo" para su colega rival, quizá para demostrarle su miedo envuelto en el traje del respeto que el Diego se gano en su época de futbolista y que hoy es su colchón ante las criticas.


En la cancha, los intentos de elevar sus costos en el mercado internacional por parte de Reiner torres y "Cachito" Ramirez eran las trabas de un Perú que no se animaba a atacar. La banda izquierda, poco explorada, cargaba sobre su grass un Vargas aburrido en su soledad, mientras en la banda contraria el "Cholo" Prado era puesto en ridículo ante cada ataque albiceleste.

El marcador en cero durante el entretiempo no elogiaba en nada a la defensa peruana, pues solo era el resultado de las ocasiones desperdiciadas por los pupilos de Maradona, quien recibía el desprecio de los hinchas en una ensordecedora pifia.
Para el segundo tiempo Perú quiso dar el golpe con la zurda de Vargas que manda el balón al travesaño y se va rumbo a nuestras propias redes llevado por Aimar pero con la rubrica de Higuain quien definió como en su momento debió hacerlo Fano y Prado para hoy estar haciendo unas lineas mas alegres.

En la banca, el cambio esperado por los que aun creen, se venia preparando, Roberto Palacios ingresaba por Nolberto Solano. Su presentación ante el publico rival fue orgullo para los peruanos que asistieron a ese estadio con la única intención de demostrar que nunca dejaremos sola a nuestra selección. Roberto Palacios arma una jugada que termina en los pies de Prado que no sabe definir y prefiere salir de la responsabilidad mandando el pase para un adelantado Fano, la jugada no termina en gol por limitaciones del delantero y el volante.

Perú se hizo dueño del balón, y a pesar de no saber que hacer con el, pudo inquietar en varias formas el arco rival. Vargas en intentos desde larga distancia ponía a prueba al meta argentino que respondía con nervios e inseguridades, quizá las transmitidas por su aprendiz DT.

El final iba llegando y las ilusiones de los peruanos se iban apagando, parecía que el partido estaba resuelto, que lo peor y mejor había pasado sin dejar rastro, que nuestra tristeza iba ser la de siempre, perder por un marcador "felizmente" discreto.

Pero en la confusión de la lluvia, viento y nervios, Perú encontró el valor para atacar con decisión y aprovechando un garrafal error de la defensa local Prado manda el centro que es rechazado a medias y el rebote llega a un siempre atento "Chorrillano" Palacios quien manda un centro corto y preciso para que el recién ingresado, Hernán Rengifo, nos de un inesperado marcador.

Perú lograba el empate, faltaba poco para el final, los festejos de la inesperada sorpresa en la cancha de River Plate fueron cortos con la intención de dejar aliento luego de escuchar el melódico sonido del pitazo final, pero ello nunca ocurrió.

Las palabras del "Viejo" Balerio hoy se hicieron hechos por escasos minutos, los suficientes para convertir nuestra alegría a medias en una alegría ajena, para sentirnos doblemente golpeados por nuestra terca realidad, para dejarnos no con las manos vacías, pues en ellas no tenemos nada hace mucho, sino con el corazón helado luego de la muerte de una ilusión que duro pocos minutos, en los que pudimos escuchar cantar con angustiosa voz el "SI SE PUEDE" a una hinchada acostumbrada a ganar cosas importantes.

Un remate busca pies de Insua, encontró la injusticia de un off-side que no se cobra y que es el tanto para la Argentina con el sello de Palermo. El 2-1 no fue mas que el cierre de una triste historia que ya nos cansamos de vivir. La novela de los Argentinos hoy supera a todas las mexicanas y estoy seguro que en su próximo partido terminaran llorando por su triste final, ya que el arbitro Ortube, por el bien del juego limpio, hoy dirigió su último partido, teniendo como víctima a un débil Perú.

La próxima fecha sera la despedida de Roberto Palacios de la selección ante el seleccionado Boliviano por la pelea de saber quien ocupara el "digno" penúltimo lugar...

Gracias a Burga y sus secuaces


No hay comentarios: