Primer round CELESTE...

El jolgorio en las tribunas no ceso pasado los 30´minutos de juego aun cuando la visita contaba con el marcador ya a su favor, cuando Heredia, obligado por el nerviosismo, entrega su palo a Perez quien ante la limitada marca de Fernandez saca el disparo que intento silenciar el San Martín, que lucia un lleno total.

Aquello nunca ocurrió, quizá fue la biblia, encubierta aun en la banca celeste, la que lleno de fe aquella tarde a la masiva hinchada celeste que no dudo un segundo en seguir alentando al equipo cervecero que hasta ese entonces se notaba ido.

Luego de aquel golpe argentino y los malos presagios que nacen de las anécdotas vividas el equipo del "Ciego", no bajo los brazos y mostró lo que hace mucho no se veía, coraje, hambre de triunfo y algunos pasajes de buen fútbol, todo esto bajo el respaldo y aliento de una hinchada que cumplió rigurosamente en las gradas.

El equilibrio en el marcador llego a los 42´cuando el aplaudido, ovacionado y querido "Chorri" decidió hacerse del partido y de golpe de cabeza manda el balón donde los tocados por Dios solo saben ante el estéril movimiento de Andújar.

La tranquilidad llego al equipo y a las gradas, el aliento se hizo mas fuerte y a nuestro juego se le sumo coraje.

Ni el entretiempo pudo enfriar el inquietante noseque que te genera el fútbol tras un gol.

A los pocos minutos del segundo tiempo Aliberti pudo adelantar el festejo en un mano a mano pero su remate lo dijo todo, es un debutante en copa (y aun así no estuvo tan mal).

Verón quiso reaccionar pero la contención celeste ya estaba trabajando, Perez y Lizarbe con fuerza y decisión le quitaron la magia a la bruja quien no pudo evitar ver vencida su valla una vez mas.

Sin magia ni engaños, todo lo contrario, el "Chorri" se puso a jugar con el balón, a hacer fútbol y aunque no pudo, nuevamente, hacer explotar los pulmones del hincha celeste con el grito de gol, dio el pase para que el "Vagón" Hurtado internacionalice, tras esperar un año, aquella celebración, dedicado a aquel que pinto los cielos mas bellos de celeste, y se de cuenta de una vez lo que es jugar en un equipo grande de verdad.

Las tribunas rebazaban de gente y de alegría, los olés prematuros y atrevidos no ayudaban mucho en la cancha pero llenaba de fe a esa hinchada con hambre de gloria.

Todo salia bien pero cuando la pintura del "Vagón" estrello en el travesaño nos dimos con la realidad, ese equipo no es invencible, Cristal lo lastimo y esperemos que jugando de visita confirme una realidad que ilusiona a la hinchada cervecera que cumplió con el equipo y promete seguir haciéndolo por la pasión que así lo exige.