lunes, 4 de mayo de 2009

Apología al hincha

Parado frente al quiosco de mis mañanas rutinarias me di con la sorpresa que en la columna de diarios deportivos ya no eran tres sino cuatro los que la formaban y lo mejor es que en el nuevo ocupante de dicha columna, en su portada figuraba la camiseta del Sporting Cristal, lo que me animo a comprarla a solo 50 centavos: Buenos días señor, un depor por favor.


Al palparlo, su físico simulaba ser una revista, esperanzado en que no sea como los diarios de siempre, los cuales dedican una pequeña parte a nuestro club abri sus coloridas paginas y me detengo en el titulo, Apología del hincha, en la sección Cancha inclinada y sin esperar mas, me puse cómodo y me dedique a leerlo con una sensación de complicidad con el autor de dicha columna.


Con el gentil permiso del autor, Daniel Titinger Lopez, lo compartire con todos los hinchas celestes y con los que no lo son, con la intención de que nuestro fútbol no decaiga por cuenta de nosotros, los verdaderos hinchas.


Apología al hincha


No trate usted de entender a un hincha. Un hincha, como su nombre lo dice, padece de cierta inflamación neuronal en el área del cerebro que divide la pasión de la razón.. Un hincha por eso, argumenta a gritos, con incoherencia, se cree el dueño de la verdad, celebra con pica pica la tragedia del prójimo y a la hora del fútbol -la hora de la verdad- es insensible, incluso con el ser amado.
Un hincha ama y odia a su ídolo con la misma intensidad, y puede pasar de un sentimiento a otro en un par de segundos: los que dura un gol de chalaca, por ejemplo, o un tiro al palo con el arco despejado. Un hincha nunca sera culpable de nada: es capaz de perdonarte luego de mentarte la madre.



Un hincha es, por definición, un bipolar. Pero no existen pastillas para curar al hincha porque el hincha es masoquista por naturaleza: es consiente de que el dolor fortalece su fanatismo. Una goleada hace mas hincha al hincha.

Cuando el hincha ejerce -se puede ejercer 24 horas o 90 minutos- tiene la estabilidad emocional de una quinceañera en un centro comercial: se emociona con tonteras, se aflige por nada, se viste de un color -usualmente llamativo- para hacerse notar. El hincha, incluso, es capaz de llorar en público, y entonces el NO-hincha, que de la vida no sabe un carajo, lo trata de estúpido.

El hincha es un incomprendido. Estira una bandera aun cuando percibe una derrota. ¿Por qué en el Perú se llenan los estadios después de tantas derrotas juntas?. Si no puedes entender la respuesta, simplemente NO ERES HINCHA.

Daniel Titinger



Nuevamente mil gracias para Daniel Titinger que me dejo postear sus parrafos tan perfectamente constituidos para describir a un hincha.

Esas son las razones por las que te sigo asi ganes o pierdas, por eso es que me visto de celeste cada vez que te voy ver, es por seguirte a donde vayas que me llaman masoquista, pero que voy a hacer, quiza y tengan razón, pero yo le seguire siempre fiel a esta pasión.

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